En "Star Trek: La Nueva Generación", Geordi La Forge es un personaje invidente que puede ver con la ayuda de implantes especiales en sus ojos. El personaje de Star Trek "vive" en el siglo 24, pero la gente del 21 puede no tener que esperar tanto a que llegue una tecnología sensorial comparable. Un primer paso en el largo camino hacia esa meta ya se ha dado.
Kristina Narfstrom, una oftalmóloga veterinaria de la Universidad de Missouri-Columbia, ha estado trabajando con el implante de un microchip que ayuda a los animales ciegos a tener una cierta percepción visual. Según Narfstrom, los resultados preliminares son prometedores.
Casi una de cada 3.500 personas a nivel mundial está afectada por una enfermedad hereditaria llamada retinitis pigmentosa, que causa la muerte de las células de la retina hasta que la persona queda totalmente ciega. El estudio actual de Narfstrom y sus colegas tiene como objetivo determinar la seguridad de los tejidos en relación con el implante, y mejorar las técnicas quirúrgicas. También están analizando hasta qué punto el implante podría proteger a las células de la retina que están muriendo por causa del progreso de la enfermedad, con la esperanza de que la visión natural pueda mantenerse por mucho más tiempo del que sería posible en un paciente sin tratamiento.
Narfstrom trabaja fundamentalmente con gatos afectados por enfermedades hereditarias de la retina que los dejan ciegos. El ojo del gato es un buen modelo para utilizar en este tipo de investigación por su similitud con el ojo humano en cuanto a tamaño y construcción. Por eso, los cirujanos pueden emplear las mismas técnicas y los mismos equipos. Los gatos también comparten muchas de las mismas enfermedades visuales de los humanos.
Hasta el presente, Narfstrom ha operado a gatos con poca o ninguna visión. Durante la operación, Narfstrom hace dos incisiones pequeñas en la esclerótica, la pared externa del globo ocular. Después de extraer el humor vítreo, el fluido gelatinoso que está en la parte posterior del globo ocular, Narfstrom crea una pequeña ampolla en la retina, y una abertura lo suficientemente grande como para colocar el microchip, que tiene dos milímetros de diámetro y 23 micrómetros de grosor. El chip tiene varios miles de microfotodiodos que reaccionan ante la luz y producen pequeños impulsos eléctricos en partes de la retina.
"Estamos realmente emocionados y esperanzados con el uso potencial de esta tecnología y la posibilidad de lograr mejorar la visión entre tantos millones de personas afectadas en todo el mundo por enfermedades de la retina que causan ceguera", declara Narfstrom.
Narfstrom trabaja con Optobionics Corporation, la compañía de Naperville, Illinois, que desarrolló el dispositivo, y Machelle Pardue, investigadora de la Universidad Emory y del Centro Médico VA (Veterans Affairs) de Atlanta.
Información adicional en:
http://www.missouri.edu/
Traducción; Lic. Silverio Manuel Soltero Castro