La primera supercomputadora para operar a bordo de una nave espacial, así descrita pues será la computadora más potente que se haya lanzado al espacio, está a punto de hacerse realidad.
Ingenieros de la Universidad de Florida y de la compañía Honeywell Aerospace están diseñando y construyendo la computadora que será 100 veces más rápida que cualquier otra de las que hoy viajan al espacio. Su lanzamiento está planeado para el año 2009 a bordo de un cohete de la NASA, en una misión de prueba. Una computadora así es necesaria para procesar con rapidez la creciente cantidad de datos reunidos por los satélites científicos más avanzados. También es necesaria para que las sondas espaciales puedan tomar decisiones más rápidas por sí solas, independientemente de sus controladores en la Tierra.
Las computadoras se han vuelto mucho más potentes y veloces en las últimas décadas, pero esos avances se han limitado al hardware diseñado para operar en la Tierra. El motivo es que a todas las computadoras enviadas al espacio se les debe reforzar de un modo especial para protegerlos de las radiaciones cósmicas que circulan fuera de la atmósfera terrestre. El proceso para acorazarlas conlleva restar velocidad a su rendimiento, e incrementa su tamaño y precio. El resultado es que aún cuando los satélites y las sondas espaciales han mejorado mucho su capacidad de recopilar información, la mayoría de sus datos debe enviarse a las estaciones en Tierra para su procesamiento, y las velocidades de transmisión de esas naves hacia la Tierra no son muy altas.
Los actuales vehículos no tripulados también tienen bastante limitadas sus habilidades para actuar de forma independiente, por lo que deben apoyarse mucho en informar a la Tierra y aguardar instrucciones. Las grandes distancias espaciales hacen imposible que los controladores de la misión en tierra respondan en tiempo real a sucesos inesperados o de corta duración a los que se enfrentan los vehículos. Si las sondas tuvieran computadoras más sofisticadas a bordo, podrían tomar más a menudo sus propias decisiones, como por ejemplo, seleccionar de inmediato el mejor sensor o la mejor cámara para registrar un suceso momentáneo de interés.
Para ser totalmente autónoma, una nave robótica necesita una gran capacidad de computación, y, hasta el momento, las tecnologías de procesamiento espacial convencionales no han sido capaces de alcanzar el alto rendimiento informático requerido.
La computadora de la Universidad de Florida y Honeywell Aerospace ha sido concebida con la idea de que modernice tanto la capacidad de computación de los satélites como la de las sondas, gracias a un diseño innovador. El propósito es solventar el problema de las radiaciones emitidas por las erupciones solares y otros fenómenos astrofísicos violentos, sin tener que acorazar los componentes electrónicos, elaborando un software que permita a la computadora sobrevivir a desperfectos y errores causados por las radiaciones. La idea central de esta estrategia es que cuando se sabe que los componentes van a fallar, se puede diseñar al sistema para que automáticamente se adapte y, por tanto, mitigue los efectos de ese fallo.
Información adicional en:http://news.ufl.edu/2006/10/26/space-supercomputer/